martes, 13 de enero de 2009

PRIMAS


Cada vez me resulta más difícil mantener una conversación sobre educación. Todo el mundo sabe, todos hablan, el 90% tiene la solución a los problemas y, al final, la culpa es mía. Así que, en cuanto toca el timbre del recreo, cojo la puerta y salgo de mi centro en busca de aire, vida, cordura y café y tostadas con un par de amigos compañeros que prefieren hablar de fútbol y mujeres (uno de ellos confiesa sin reparos estar, francamente, desesperado). El tema de ayer fue, como no podía ser de otra manera, las primas que van a recibir los jugadores del Real Madrid si ganan los próximos siete partidos. Veinte millones de las antiguas pesetas para cada uno. O sea, dice el de Francés (el desesperado es el otro), que van a cobrar una millonada por hacer aquello por lo que ya se les paga un dineral y para lo que han sido contratados. Si es que son unos peseteros.
Como lo mío no tiene solución, a pesar de la dificultad que comentaba antes, no puedo evitar establecer un paralelismo delirante entre el Real Madrid y la Junta de Andalucía, cuya Consejería de Educación está intentando llevara a cabo un Plan de Calidad con el fin de disminuir el número de fracasos escolares de aquí a unos años a golpe de talonario (siete mil euros por cabeza). Menos mal que, según el diario El País (22/11/2008), este plan sólo ha convencido al 20% de los Institutos de Enseñanza Secundaria. ¿Que en qué consiste? Muy sencillo. Cuantos menos alumnos suspendidos tengas, más te pago. Parecido a lo que va a hacer Ramón Calderón con Raúl, Casillas o Drenthe (qué malo es éste).
Sin embargo, la medida de la Junta no es tan clara ni tan blanca como la camiseta madridista, porque aquí hay gato encerrado. Con este plan se está responsabilizando al profesorado andaluz (por ahora, que en Canarias también amenazan con algo parecido) ante los medios y la opinión pública de todo el proceso educativo. La culpa de suspender o de aprobar es única y exclusiva del docente. La Administración en ningún momento está asumiendo su parte de responsabilidad ni está teniendo en cuenta factores que determinan esa calidad y rendimiento escolares como el estado y el mantenimiento de los centros, el mobiliario (pizarras obsoletas, ordenadores jurásicos, cuando los hay), los materiales didácticos, las ratios (a ver quien consigue una enseñanza individualizada con treinta alumnos, alguno de ellos con necesidades educativas, otros que no saben ni español, otros conflictivos…), las plantillas inestables o la formación del profesorado. Pero es más. En ningún momento se cita en ese plan la responsabilidad del alumnado y las familias en el proceso de aprendizaje (son los padres quienes tienen que apagarles las teles, los ordenadores, las videoconsolas y ponerlos sentaditos a estudiar, que los conocimientos no llegan por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por el esfuerzo y el estudio). Existe un preacuerdo para reducir a la mitad en 2012 el número de alumnos que o bien abandonan tras la ESO o bien lo hacen igualmente sin el título. Y entre las medidas de nuestros gobernantes está la de pagar para reducir no el fracaso, no, que eso no se reduce así, sino las estadísticas de cara a la galería, esto es, la Unión Europea. Alarmante. Vergonzante.
Normal que no me siente bien el café. Mientras, doña Mercedes Cabrera ha dicho que “los profesores deben leer con los alumnos”. Una apelación como ésta pone al descubierto la distancia insalvable que existe entre las administraciones y los centros educativos. ¿Qué creerá esta señora que hacemos en las clases? ¿Jugar al dominó? Habría que recordarle a la Ministra que se leería más si su partido, en mandatos distintos, no le hubiera cortado la cabeza a la asignatura Literatura Española, mezclada y diluida hoy entre contenidos distintos.
Otro artículo de la semana pasada del mismo diario (20/11/2008) recomienda introducir el videojuego en las aulas (las mías no tienen ni cortinas). “Échate un FIFA y aprende” podría ser el eslogan. Qué disparate. Qué pena. Qué miedo. Ya llego tarde.

José María García Linares

1 comentario:

Victoria dijo...

Es un comentario muy acertado. Es bastante irónico, y eso me encanta.
Parece escrito 'con las bilis a flor de piel' que supongo que es como se escribe cuando el asunto te implica personalmente.
Enhorabuena.
Saludos.