jueves, 31 de mayo de 2012

TRAGEDIA Y VERGÜENZA


A mí el IBI me suena a ibense e Ibiza, y ambas palabras, a su vez, a horchata, playas, discotecas, gasas blancas llenas de arena y de churretes de cubata y sanfranciscos (si se me permite el término). Y es que está el verano ahí, detrás de las puertas. El mar es buenísimo para los huesos y para las mentes quemadas, como la mía, de tanto oír estupideces, engaños y tergiversaciones. Resulta que Rajoy no va a pedirles cuentas a los responsables del acabose de Bankia y que rescatará a la entidad porque si cae un banco así, nos dice, cae el país entero detrás. Así que, sin quererlo, el presidente del Gobierno ha señalado cuál es la causa real de esta crisis. Venga recortes, reformas, subidas y bajadas para todo el mundo y mira tú por dónde, más que nunca, tenemos a los culpables de gran parte de la crisis ahí sentados pidiendo 20.000 millones de euros no para prestárselos a las familias, sino para sanearse ellos. Un escándalo. Y es escandaloso porque hay familias pasando hambre mientras todo el dinero público se está yendo en salvar entidades bancarias. El jueves, sin ir más lejos, compré tres bocadillos para tres alumnos que me dijeron que no podían desayunar porque sus padres estaban en paro desde hacía mucho tiempo y solo podían tomarse el pan y la leche recién levantados. Qué tragedia y qué vergüenza. Es más evidente que nunca que la clase política, mayoritariamente, ya no nos representa, sino que atiende a los intereses de las clases dirigentes. Porque, a pesar del mito del estado del bienestar que necesita el capitalismo para funcionar, en España sigue habiendo clases sociales, sigue existiendo esa jerarquía vertical que desde los medios de comunicación o desde las instituciones educativas se intenta ocultar con discursos como el de la igualdad de oportunidades y de derechos, y lo que es aún peor, a estas alturas de la historia las diferencias entre ricos y pobres son cada vez más dramáticas. Unos tienen cada vez más mientras que la mayoría tiene cada vez menos.
No creo que esta situación la vaya a mejorar mucho el que la Iglesia pague o deje de pagar el IBI, impuesto que, por otro lado, tampoco pagan, por ejemplo, las estaciones de ferrocarriles y otros tantos edificios públicos. Sería más oportuno que los socialistas, que acaban de dejar el poder, como quien dice, exigieran el tributo a todo aquel a quien pudiera exigírselo, porque resulta indecente que el señor Pérez Rubalcaba salga ahora como azote contra los privilegios eclesiásticos cuando el PSOE ha estado en el poder veinte años y no ha hecho nada a este respecto. ¿Qué pasó con esa Ley de Libertad Religiosa durante los años de Zapatero? Necesitamos tanto de la honradez, de la responsabilidad, de la honestidad en política… Qué nivel tan deprimente en discurso e ideología. ¿Cómo le vas a pedir a la derecha que le haga pagar a la Iglesia cuando tú, supuestamente de izquierdas, no se lo pediste hace siete meses? Es lamentable, aburrido, cansino… de todo. Si no me equivoco, el Rock in Río del Papa este verano en Madrid fue en pleno gobierno de izquierdas… Tengo la mente frita. Hipócritas todos. Todos embusteros.

José María García Linares (29/05/2012)