martes, 5 de abril de 2011

BIFIDUS

Venga, tranquila. Ha dicho que se va. Ahora a relajarse. Soraya Sáez de Santamaría habrá descansado este sábado después de tantos meses de angustia. Váyase, dimita, no vuelva… Le pones un bigote y no te digo más. Qué repetida es esta señora, qué afán por imitar el tono y la política de otros. Qué cansina. Menudo atranque tenía la mujer, como esas que salen en los anuncios del yogurt de José Coronado narrándonos sus experiencias antes y después del estreñimiento. El tránsito, que le dicen ahora. El bifidus activo del PP ha aliviado los vagos intestinos de nuestra madre España, que no estaba gorda, sino hinchada como un globo (como una burbuja ¿inmobiliaria?). Habrá que ver cómo hace el PSOE ahora su tránsito, claro, porque aquí somos todos humanos y cada cual con sus problemas estomacales, intestinales y espirituales. Desde luego que a estos socialistas no los tienen que regular ni el yogurt, ni la avena ni el té laxante, afectados como están de una diarrea que ya parece crónica y que nos está llenando la vida de miseria y abatimiento, por cierto más caros cada día, que aquí hasta la mierda ha subido de precio.
Casi no hemos tenido tiempo de quejarnos. Justo cuando la economía nos volvía a sablear se ha anunciado que habrá sucesión en el Partido Socialista y que, tras las elecciones de mayo, habrá elecciones primarias para elegir candidato. Lo que nos importará a las clases medias quién vaya a sustituir al inefable ZP. Lo cierto es que no votaremos al PSOE, incluso millones de votantes ni siquiera iremos a votar. La diferencia entre el presidente y los que le dimos nuestra confianza es que, a la traición del primero, con recortes y medidas tan desacertadas, nosotros no contestaremos con la traición de votar al PP. Nos quedaremos en casa, hartos de pagar facturas y con la certeza de que nos han tomado el pelo. Con un gobierno así y con una política económica como la desarrollada en estos años ya ha ganado la derecha, aunque las siglas no sean todavía suyas. Para qué molestarse. No hay opción.
Qué bien le ha venido a Zapatero esta reunión con sus señoritingos autonómicos. Qué rápido han olvidado los medios de comunicación que este mes de abril será durísimo para las economías más débiles, entusiasmados como están por hacer sus quinielas caricaturescas con Bono, Chacón, López o Rubalcaba. Mientras, la luz, el gas, la gasolina y las hipotecas están, nuevamente, por las nubes. En mis parcos conocimientos de economía creía que era fundamental, para incentivar el consumo, que los precios de los productos básicos no se dispararan. Había que gastar para sacar la economía a flote. Sin embargo esta subida indiscriminada nos obligará a hacer todo lo contrario. En fin, que se parará todo otra vez, nuevamente estreñida la recuperación económica. A nuestros políticos tampoco les importa mucho, llenos como tienen los bolsillos y con un futuro prometedor a base de pensiones vitalicias. Lo que les afectará llenar el tanque de gasolina de sus coches oficiales…
José María García Linares (04/04/2011)