sábado, 17 de marzo de 2012

ESTRATEGAS DEL DESVÍO


Nos están manipulando, qué duda cabe. Los sindicatos y el gobierno han pactado la convocatoria de huelga general en mitad de la emisión de la mini serie de Isabel Pantoja, así, como el que no quiere la cosa, para no darnos casi ni cuenta y minar así nuestra participación. Qué estrategas del desvío. A quién le va a importar el abaratamiento del despido cuando estamos a punto de descubrir qué pasó con las joyas de Encarna Sánchez. Hay que ver esta señora. Resulta que se tiró a media España aprovechando la movida y la cultura del pelotazo. Y encima trabajaba en la COPE, que tiene guasa, desde donde despellejaba a las que eran más de ibérico que de caracoles. Hoy mismo nos hemos enterado de que un sacerdote le ha negado la comunión a una lesbiana en EEUU porque vivía en pecado con otra mujer, y en su derecho está, por supuesto. Esto de las religiones, bien lo sabe Dios, consiste en cumplir unas normas. Gais, lesbianas, divorciados…Arreando que es gerundio. Eso sí, si tienes pasta como la Jurado (toma, Pantoja, que eso sí que era una voz) anulas tu matrimonio y tan campante, o si eres la prometida de un príncipe hacemos borrón y cuenta nueva, y a comer perdices todos en la Almudena y en el mundo entero, per secula.
Lo bueno de ser lesbiana es que una no ofende a la otra con el vocabulario y pueden ambas vivir gramaticalmente felices sin tener que leer en ningún caso las guías del lenguaje políticamente correcto. Menudo follón han liado los medios tras el análisis realizado por Ignacio Bosque sobre feminismo y lenguaje, como si nos importara mucho estas cosas a los españoles. ¿No se dan ustedes cuenta de que aquí ni siquiera se les enseña a los niños a leer y a escribir en los colegios? ¿Que los mozalbetes cumplen los doce años sin comprender lo que leen y sin poder expresar sus pensamientos por escrito o por escrita? Bueno, para los que estudian en la concertada y en la privada, convendría recordar que las gramáticas no tienen ideología y que los lingüistas no son legisladores que impongan sus leyes, sino que hacen un estudio de lo que hay. El léxico es otra cosa, pero habría que hablar de asuntos baladíes como los niveles morfológico y sintáctico y esto no les interesa ni a los que estudian en los colegios del Opus.
 Claro, y quién nos mandaría meternos en estos fregados, piensa uno, cuando sale la Cospedal (esta está divorciada y tampoco le dan la comunión, por lista (aquí usado el término sin ningún significado peyorativo del tipo ‘mujer que hace la calle’)), sale, digo, la Cospedal y dice que “Los españoles deben trabajar más”. ¿Sólo los españoles o también las españolas? Qué lío, ¿verdad? ¿Será que esta gente quiere devolver a la mujer al hogar familiar, y así evitamos que vayan también a las clínicas abortivas? ¿Será simplemente un recorte más pero esta vez en el uso del género? En fin, tampoco nos importa mucho porque el segundo capítulo de la Pantoja está al caer. Ahora nos la llevan a Marbella, con todo el follón del GIL y Julián Muñoz. Isabel, seguramente o presuntamente, quería meterse en política para hacer un ERE en el Tívoli, hasta el papo que estaba de cantar día sí día también allí todos los veranos, con la humedad que hay en Benalmádena en pleno julio, toda la cara llena de churretes. Ella es más de espectáculos a lo José Luis Moreno, o si me apuras, de galas de la Copla en Canal Sur (siempre que no estuviera la Jurado), esa cadena de todos los andaluces y las andaluzas que, según Javier Arenas, es poco fiable para que él debata con Griñán a propósito de las elecciones a la Junta. Total, dirá, para qué voy a ir si voy a ganar con este peazo de programa que llevamos y con esta apuesta de futuro… Mira Paquirrín, que ya lo tenemos colocao en Telecinco, y sin estudios. 

José María García Linares (13/03/2012)

domingo, 11 de marzo de 2012

BRÓCOLI



            Lo que me faltaba era llegar del instituto agobiado también por la crisis económica. Hasta ahora mis almuerzos consistían en verduras, pasta, arroz, un poco de Los Simpson y grandes dosis de desencanto y frustración intelectuales. A veces me pitan tanto los oídos que no oigo ni a Belén Esteban, que podría pasar por una de mis alumnas, por cierto, cuando se me alarga el postre. “So puta”, le ha dicho hoy un futuro parado de Primero de ESO a una jénifer pintorrajeada y con el top a punto de reventar. “Mi chichi lo disfruta” ha sido la respuesta, en mitad de los adjetivos determinativos. Claro, la culpa es mía por hablar de estas cosas, bien que me lo advirtieron ya hace años. A lo que voy. Que hoy, además de con este ambiente de convivencia y de conocimiento, me he encontrado en la sala de profesores con las cantidades exactas de lo que perderemos con la subida del IRPF. He tenido que comer brócoli nada más, del disgusto.
            Y encima Rajoy nos sale con que convocar y llevar a cabo una huelga general es injusto y, además, no ayuda a nadie. Se me queda la boca entreabierta viendo el informativo, con motas verdes en las paletas y en las muelas y el trocillo de ajo a medio masticar. Que la gente no llegue a fin de mes, que los negocios quiebren y que cada vez haya más personas en el paro tampoco es de justicia. A nadie ayuda tampoco, por ejemplo, la facilidad para el despido con la nueva reforma laboral y mírala, ahí la tienes, lanzando a los trabajadores en plan Costa Concordia. Hemos llegado a un punto en el que existe el absoluto convencimiento por parte de la clase política de que el trabajador es subnormal, de que es un ser iletrado, inculto y poco crítico al que sólo le preocupa poder ir los sábados a comprarse una camisetilla de 6’50 al Zara y rematar la tarde con una hamburguesa a un euro. Sólo hace falta ver la excusa esgrimida para que pararan las movilizaciones de los estudiantes en Valencia y Barcelona: “Oiga, que se va a dar muy mala imagen de España”. Y tan campantes. ¿Injusta una huelga? Injusto lo que están haciendo estos salvadores de la patria que llegaban nada menos que de la galaxia de la razón absoluta y de lo bien hecho, como Dios manda, y a quienes no les deja de aumentar el paro. A ti, andaluz / a con doctorado y máster en ciencias políticas, que hablas dos idiomas y que no tienes curro, a ti te van a poner a realizar trabajos de voluntariado, que en ese preciso momento dejarán de llamarse así, puesto que serán obligatorios, para el bienestar de tu comunidad y el tuyo propio. Mira, qué manera de ahorrar. Para qué contratar a un jardinero con sueldo y seguridad social si un pringao (o una pringá) de éstos (o éstas)  puede hacer lo mismo y sin cobrar.
            Son 28.000 millones los que hay que recortar. Nos dicen las CCAA que no saben en qué otras partidas meter la tijera. Aquí hay unas cuantas. ¿Qué asesores y qué economistas son los que aconsejan a los gobiernos? Existen alternativas. No es verdad que haya que recortar los servicios básicos. Se puede optar por otras medidas como las que aquí dejo, de Juan Ramón Rallo (http://www.libremercado.com/2012-01-02/juan-ramon-rallo-el-recorte-que-deberia-haber-aprobado-rajoy-62621). Manda narices. Ahora se me está repitiendo el brócoli.

José María García Linares (06/03/2012)