lunes, 9 de mayo de 2011

TERRORISMO DE ESTADO


De las campañas electorales de mi infancia recuerdo pocas cosas, afortunadamente. Una de ellas era una cancioncilla que yo repetía en el coche de mi vecina sin saber realmente lo que significaba. “Fraga, Fraga, Melilla no te traga”. En mi inocencia (en mi estupidez, hablando claro) pensaba yo que quería decir que España quería tanto a Fraga que se negaba a comérselo. Mi vecina enseguida me aclaró el significado y entonó otro estribillo que, según ella, era el que había que cantar, que decía “Felipe, Felipe, el pueblo no te admite”. Total, que al final ni la una ni la otra porque llegamos al Club Marítimo y las guerras de arena me hicieron olvidar a esos dos señores que estaban todo el día en la tele. Con los años otro de los episodios que recuerdo fue aquello del señor X. Lo de GAL me traía sin cuidado. A mí lo que me tenía fascinado era esa letra, relacionada con el mundo de la pornografía y de las revistas guarras que aparecían en algunos recreos del colegio y que nos convocaban a todos a esas lecturas democráticas en los rincones de las escaleras. Eso sí que era compromiso y participación. No se abstenía nadie.
Conforme fuimos creciendo nos enteramos que todo aquello tenía que ver con el terrorismo de Estado y que un Gobierno de un país democrático como el nuestro no podía responder ante ETA con las mismas armas y de la misma manera. Vimos cómo encarcelaron a todos esos peces gordos y cómo toda la política se rasgaba las vestiduras y renegaba de los acontecimientos. De repente la X dejó de tener toda esa carga de erotismo y tras ella, nos dijeron, podía estar Fulanito o Menganito, pero mi mente adolescente tenía ya tanto rodaje en cuitas aprendidas y sublimadas en la mejor prensa de la época que estaba más allá de esos mitos caídos y esas vergüenzas nacionales.
Esta semana pasada los medios de comunicación no se han cansado de ofrecer la imagen del Premio Nobel de la Paz, el presidente Obama, atento, a su vez a otras imágenes. Estaba acompañado de altos cargos del Gobierno y del ejército, entre ellos una afectada señora Clinton. A simple vista parecía que estaban viendo el último Barça-Madrid o los gestos de robo de Mourinho.
Ahora resulta que la caza del terrorista más buscado del mundo no es, a su vez, terrorismo de Estado. En este nuevo escenario en donde todo es posible gracias a la manipulación del lenguaje y a la transmisión de la ideología de los poderosos a través de sus periódicos y cadenas de televisión, en este nuevo marco, digo, sale a la palestra el señor Zapatero a decir públicamente que Ben Laden se había buscado su destino. Que lo diga un presidente del PSOE tiene cierta lógica, visto lo visto en la etapa de González y su GAL. Que sea el PP, sin embargo, el que se congratule de esta caída tiene tela marinera. ¿Por qué el caso Marey es intolerable y la muerte de Ben Laden no? Leer estos días el ABC o El País ha sido algo increíble. Todo al revés. Y este periodismo es el que esta semana pasada celebraba eso de la Libertad de prensa.
José María García Linares (09/05/2011)