lunes, 5 de julio de 2010

ORGULLO


Ay, bendita sea Sara Carbonero. Qué bien estuvo “El Santo” en la portería contra Paraguay, parándolo todo, como su propio nombre indica. Debe tenerlo a pan y agua, sí señor, que aquí en España somos castos y muy serios. Qué mala prensa nos hicieron los ingleses con la primera cantada de Casillas al comienzo del mundial, sobre todo a Carbonero. Las cosas de Telecinco, que por el morbo ma-ta. Pues se acabó. Ni arrumacos ni meneos. Así lo teníamos ayer, al pobre hombre. Más tenso que la Generalitat con el estatuto de Cataluña. Iba a por todas. Por arriba, por abajo, por en medio. Un muro infranqueable. Un superhombre, más duro que el acero. Ya queda poco, Íker.
Qué orgullo derramado por las calles, por las radios, por los bares. Viva España. Cómo chilla Camacho, como sufre Lama, como lagrimea Carbonero, no me dirán ustedes si no es para comérselo, parecían decir los ojos más cautivadores de la televisión. Bocinas, pitadas de coches, jaleo. Menudo ambiente. La gente pintada, disfrazada, emocionada. ¿Por qué tanta celebración?, dirán muchos, pues porque sí, habrán contestado otros, porque nos gusta y porque no le hacemos daño a nadie. Estamos contentos. Chapeau.
Alegría, alegría. Del España-Paraguay pasamos a la España Para Gays, también orgullosa, festiva, cordial y divertida. Qué maravilla que haya coincidido la marcha del día del Orgullo Gay con este pase a Semifinales del Mundial. Porque celebrar es gratis. Cualquier pregunta, cuestionamiento o duda sobre el motivo de tener que salir a la calle disfrazados, pintados, cantando, bailando y demás queda contestada con el comportamiento eufórico de todo un país tras un simple partido de fútbol. El orgullo es el orgullo, y cada cual que celebre el que más le guste. Yo me acuerdo de mis amigos gays, los que fueron maricones de mierda en las aulas de la infancia, y me siento también orgulloso por ellos. Por cómo han sacado la cabeza, han respirado y le han escupido en la cara a todos esos individuos simplones y casposos que se permitieron el lujo de juzgar gratuitamente a los demás. Ahí los tienes, con su pelucón por Chueca más feliz que el Papa. Qué carrozas, qué despliegue de colores, qué ambientazo. Viva España.
Es lo poco de democracia que nos queda. No sé si algún día los mercados financieros también le tirarán a Zapatero de la oreja por no recortar el sexo, los sentimientos y la alegría a los españoles. Tiempo al tiempo. Por lo pronto la Iglesia ya está, cual vuvuzela trinitaria, dando la murga con la futura Ley de Libertad Religiosa, que esto de ser libres nunca ha gustado en Roma. Qué faltos están algunos de éstos de confetis y serpentinas. Por cierto, a ver cuando les recortan también ese siete por ciento de lo que ingresan en España, todo el día quejándose pero con la mano abierta para recibir millones y millones.
Total, que el verano ha comenzado con purpurina y carnaval, y con nuestra, ya típica, cita con el medievo en el mercadillo que se monta en Melilla la Vieja a principios del mes de julio. También tuvimos aquí la particular marcha por el recinto encabezada por serpientes y autoridades. Qué olorcito a costillas de cerdo y a queso ahumado de tetilla. Banderas, estandartes, tambores, túnicas, coronas, espadas… Orgullo medieval del bueno y tó Melilla (como decimos aquí) con las sandalias y los tacones llenos de paja. Qué animación. Qué buen ambiente.

José María García Linares (05/07/2010)