martes, 2 de octubre de 2012

DESPEDIDA

Hoy aprovecho este espacio para despedirme de ti, lector amigo, lector fiel. Con estas palabras voy a poner fin a cuatro años de colaboración en el Melilla Hoy en los que, no te miento, me lo he pasado francamente bien. Precisamente es ese el motivo, que en los últimos tiempos ha pasado esta columna de ser un divertimento a convertirse en una obligación más de mis cargadas tardes de lecturas, correcciones y escrituras. Todo tiene su momento y todo tiene su encanto, hasta que deja de tenerlo.
Te confieso también que empiezo a estar aburrido de la actualidad. Crisis, crisis y más crisis. Incluso meterse con el Partido Popular ha dejado de tener gracia, convertido como está en un estado de ánimo mayoritario y depresivo más que en un partido político. La sinrazón, el embuste, la ignorancia, la cara dura, la tomadura de pelo, la altanería y la ridiculez han emprendido una batalla atroz contra el sentido y el significado real de la dignidad y de la vida tan ramplona (la batalla), simplista y estúpida que este que te habla, lector, prefiere volver a dedicarse a sus cosas, a huir de los argumentos infantiles, a buscar el sosiego en otros menesteres. Creo que estoy empachado, simplemente. Escribir en el periódico se me ha convertido, lamentablemente, en un trabajo, que además no está remunerado, salvo por las palabras de cariño que tú, lector, me has dedicado por la calle o en las redes sociales.
No tengo mucho más que decirte. Gracias por tus lecturas, por dedicarme cada lunes, al principio, y cada martes, años más después, un espacio en tu mañana, en tus quehaceres y en tu vida. Seguro que coincidiremos alguna vez en el futuro en alguna que otra página puntual, en algún muro digital, en alguna bitácora electrónica. Hasta entonces, te deseo lo mejor y que sigas leyendo con el interés con el que me has leído a mí.
José María García Linares (02/10/2012)

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