lunes, 14 de marzo de 2011

COLORÍN Y SERPENTINA

Ya están aquí los carnavales con toda su alegría, su risa y su purpurina. Las calles se preparan, el ánimo se va encendiendo y fluyen la energía, la música y el baile. Lo que más me ha gustado siempre de estas fiestas son las murgas canarias y las chirigotas gaditanas, seguramente por aquello de la lengua larga y afilada como la de las serpientes, en este caso serpentinas. La vida, vista con humor, es mucho más interesante. Y a pesar de toda esa fama de desenfreno, desinhibición, locura e inconsciencia, son estos momentos de coplas populares los que aprovecha el hombre para expresar su hartura, su inconformidad y su cansancio. Allí, encima de un escenario, maquillados como payasos, disfrazados como niños, alzan su voz contra la injusticia, contra el maltrato, contra la poca vergüenza de la política, contra los abusos de la economía, contra la falta de trabajo. Enmascaradas por el colorín, las palabras pierden los hielos del invierno, las ataduras de la moral impuesta desde arriba, la inmovilidad de una rutina que vicia el lenguaje, lo deshidrata y lo acartona hasta convertirlo en polvo inútil. Postura ética, política del rebelde, defensa de la verdad contra el embuste de las instituciones.
Mentiras y engaños que necesitan cada vez menos adornos para andar a sus anchas por periódicos, televisiones y webs. Enferma y aburguesada, las sociedades occidentales están asistiendo a una masacre indiscriminada sin apenas hacer nada, por miedo a que Gadafi les limite la producción de crudo. A la vez, el temor del sur de Europa está en la cantidad de exiliados políticos que las balas pueden hacer llegar por vía marítima, además de las inversiones que Libia tiene en esta zona. La vieja y prostituida Europa que le abrió las piernas al tirano y encima le cogió gusto. La postura tibia de la UE en los conflictos del norte de África ha desenmascarado el egoísmo de Occidente, más preocupado por su interés, por su petróleo y sus límites a la inmigración que por la integridad del ser humano. Más de una semana después, y por la presión social, los dirigentes europeos, apoltronados en sus butacas, con las barrigas llenas y el botón de la camisa de rayas a punto de salir disparado, con la papada hinchada de poca vergüenza y el apestoso aliento que deja el euro aunque masques chicle, esa Europa decrépita ha decido lleva a Gadafi ante el tribunal de La Haya. No sabemos aún quién irá a por él a Libia. Estados Unidos ya ha dicho que no, que está muy liado con su cine y sus alfombras rojas. Como mucho le han dado a Gadafi el Oscar a los mejores efectos especiales.
Las tomaduras de pelo también las tenemos aquí, mucho más cerca. Rajoy ha ratificado a un imputado por delitos de corrupción como candidato a la presidencia de la Comunidad Valenciana. Total, habrá pensado, por unos trajes no pasa nada, y menos ahora que estamos en Carnaval y todo el mundo anda buscando los suyos y haciéndoselos en donde puede. Es algo alucinante. Y este es el partido que se perfila como sucesor del PSOE…Que falta de ética, qué falta de honestidad y qué falta tienen todos estos sinvergüenzas de unas buenas letras carnavaleras y un buen cachondeo hiriente.

José María García Linares (28/02/2011)

1 comentario:

Juan G. Marrero dijo...

En el instituto lo intentamos las profesoras/es. Ensayamos varios días...Pero al final no pudimos...
Creo que el CARNAVAL es todo el año, y esos días son los de cordura...