domingo, 30 de agosto de 2009

LA VUELTA AL COLE



Cuando comienza la Liga, algo acaba de romperse definitivamente. Se va sospechando conforme uno mira el calendario, ve la tele o mira el cielo. La luz se vuelve asmática y el mar se adormece. No es que el fútbol haya estado ausente este verano, al contrario. Los fichajes multimillonarios han alargado el final de la temporada pasada, han ocupado portadas de diarios y páginas web y sin apenas darnos cuenta el balón ha empezado a rodar de nuevo. Fue terminar el campeonato y empezar a hablar del siguiente el mismo día.
Cada vez es más difícil desconectar. Parece que vivimos en un tiempo continuo, sin principio ni final, en donde todo se repite incesantemente. El futuro ha acabado por apoderarse de los días del presente y prácticamente vivir se ha convertido en un planificar a medio y largo plazo. Mientras esperamos lo que venga, se nos escapan de las manos las mañanas, las tardes y las noches, y cuando se va agosto se le queda a uno la misma cara de bobalicón que cuando descubre que le han robado la cartera. Miramos atrás, buscamos el lugar en el que se quedaron nuestros baños, las cremas y las hamacas y nos estremecemos porque la vida pasa sin piedad y rápidamente.
Con la Liga llega en Melilla la Feria, y con la Feria el colegio. Septiembre es un mes cruel. Será calmo, tranquilo y todo lo que se quiera decir, pero se instala de sopetón con las obligaciones y su inflexibilidad como el tirano que da un golpe en la mesa y pone firmes a sus súbditos. Septiembre huele a libro de texto, a estuches, libretas y madrugón. Qué espanto. Cuando mi madre traía los libros recién comprados y los dejaba encima de la mesa del despacho de mi padre, recuerdo que al pasar para ir al comedor miraba de reojo por la puerta y sentía una pena y un coraje que sigo sintiendo hoy, a pesar de que ahora estoy al otro lado y que los libros no los compro, sino que me los regalan de la editorial. Es igual. Nunca he llevado bien empezar el curso. Íbamos a la Feria la familia y cuando regresábamos a casa con los almendrados y los peluches de la tómbola ya iba yo haciendo cálculos para ver cuántos días quedaban. Huía delante de mis ojos todo mi tiempo libre, mi ilusión y mis chapuzones. Qué duro se hacía desde septiembre verse sentado todos los días seis horas en una habitación mal ventilada durante nueve meses.
La vuelta al cole es inevitable, o era inevitable. Este año está el ambiente enrarecido, un volvemos pero no, una mosca demasiado grande tras las orejas pequeñas. Las Comunidades Autónomas están asustadas con la gripe A, la OMS un día dice una cosa y al siguiente se desdice, la pobre Trinidad Jiménez está cada vez más ojerosa y hasta El Corte Inglés este año ha lanzado una campaña publicitaria descafeinada. ¿Volver al cole no era la mejor aventura? ¿No era como una película de Indiana Jones? Estamos todos asustados, como es lógico. La Comunidad de Navarra va a comenzar el curso escolar escalonadamente, como si pudiera evitar así cualquier contagio. Lo cierto es que, ahora mismo, poco puede hacerse. Se habla de colectivos de riesgo, de porcentajes, de dosis. Si las vacunas llegan en noviembre… Habrá que ver cómo se gestiona el problema, porque tal y como están las cosas, y con las diferencias que existen entre las Comunidades Autónomas en materias de educación, sanidad o trabajo, no cabe duda de que se van a dar situaciones de desigualdad. Tendremos tiempo para verlo.
En fin, que se nos acabó el verano. Estoy haciendo mi maleta y encima no dejo de tararear Volver. “Sentir /que es un soplo la vida, / que veinte años no es nada, / que febril la mirada, / errante en las sombras, / te busca y te nombra. / Vivir /con el alma aferrada / a un dulce recuerdo / que lloro otra vez”. Buena Feria y buen comienzo.


José María García Linares (31/08/2009)

3 comentarios:

Juan G. Marrero dijo...

Un compañero profesor, me comentó en el instituto de F.P. de La Orotava que los profesores vivíamos en un mundo un poco “virtual”...Vemos la vida como ciclos....desde septiembre a junio...Y eso es preocupante...
Si continuas en I.E.S. Teguise, el día 1 de septiembre nos vemos

Saludos

José Mari dijo...

¿Vas a estar en Teguise este año? Qué bueno!! Nos vemos, entonces, mañana.

Modesto González dijo...

Al igual que has expuesto en tu artículo, también a mí me viene el recuerdo de ese olor fresco de los libros en el mes de septiembre. Mis padres se acercaban al colegio "La Salle" de Arucas, y compraban dos bolsas llenas de libros de texto y cuadernos junto a los bolígrafos y lápices de colores. Recuerdo incluso que una vez nos salieron 10.000 pesetas. Sería el año 1985-86 si no recuerdo mal.
Bueno, Jose Mari, te hemos enviado a un buen amigo que hasta poco lo despedimos en Arucas: Juan Boro.
Espero que tengan tan buenas tertulias como nosotros las tuvimos aquí. Saludos